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Mostrando entradas de febrero, 2008

Bilbao: crónica de un maravilloso paseo

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Es difícil encontrar la esencia de un lugar en solo dos días de visita, pero las primeras impresiones determinan el mal o buen gusto en la boca que te puede dejar un lugar. Mi alma nómada estaría completa si pudiera vivir 3 meses en cada sitio al que visito. Para así sentirlo, vivirlo y apropiarme por un instante de su espíritu sin caer en el hábito y la rutina que significa hechar raíces en un lugar. Este fin de semana nos fuimos a Bilbao a disfrutar del concierto del grupo favorito de Andrés, Nada Surf. El grupete no es malo, pero nunca me llegaron a cautivar sus Cd’s y ahora que los he visto en vivo y directo, sólo puedo decir que les falta feeling, energía y carisma suficiente para llegar a conquistarme. El concierto fue emocionalmente frío y musicalmente perfecto. Las 8 horas de autobús valieron la pena por la ciudad y su gente. Improvisar no es malo, pero planificar tampoco. La visita estaba previamente delineada bajo este esquema: Día 1: Recorrido andando por la ciudad, parques

La Maldición de no hacer borrador

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Hasta ayer estaba consciente y segura que solo me perseguía “La Maldición Del Apego Material”, que básicamente es algo así como: “Cada vez que caramelo se enamore irracionalmente de cualquier objeto animado o inanimado, yo, el universo superpoderoso me encargare por cualquier medio de quitárselo”. Cuando mi YO, cundido de tragamosquismo se dio cuenta de eso, tomo la decisión de colocar una barrera afectiva entre él (YO) y los objetos, y eso, hasta ahora, ha funcionado. Pero no es sólo esa maldición la que me persigue, tengo otra, descubierta ayer, “La Maldición de no hacer borrador”. Desde que era más pitufa de lo que soy ahora, mi madre, una docente abnegada, me enseño como norma y hábito de estudio, escribir siempre un borrador de todos los trabajos que debía entregar en el colegio. Aparte, como cualquier niña fresa de la época, tenia mi diario de Sara Kay, con páginas de olor y candado, donde escribía mis entramados novelescos del momento. La manía del borrador no se me pasó en l