En los ultimos días
Andy Kehoe Me echaron del trabajo. Casi tres semanas de esclava del hogar. Crisis depresiva por el ocio, excesiva televisión española, ausencia de capital para hacer cualquier cosa de alimentación espiritual (cine, teatro, libro). Quejas continuas, ausencia de duchas en mi cuerpo y exceso de lágrimas en mis ojos, entrevistas en trabajos chungos sin resultados. Supongo que el ente supremo que me supervisa de vez en cuando, se dio cuenta que meter su mano era necesario en mi situación y lo que me ha mandado no ha sido nada fácil de afrontar, pero ahí voy, como una guerrera Samurai saliendo airosa y medio viva de cada batalla. Me llamaron un miércoles para decir que empezaba al día siguiente a las 17 horas a hacer encuestas telefónicas. ¡Vale! Bien, por un tiempo eso esta bien, por lo menos no tengo que vender nada. El jueves, por la tarde, entrando al trabajo, me llamaron de otro trabajo para decirme que el lunes comenzaba un cursillo de 3 semanas: - ¿qué horario te viene mejor, por la m