Construyendo Sororidad
Aquella tarde fría de otoño en los bosques de
Arce, Luz, la niña justiciera de la capa roja y su caballo Marino salieron dispuestos a
darle una lección a las brujas y madrastras de aquel vasto territorio.
La primera misión fue destruir el espejo de la
madrastra de Blancanieves. Marino ayudó a Luz a entrar por la ventana y ella,
con una piedra hizo añicos al artilugio mágico. Al salir cogieron cal para
pintar en la muralla del castillo “Todas somos las más hermosas del reino”.
Para la segunda misión tenían que robar la
varita mágica de Maléfica y con ella hacerle un conjuro. Aprovecharon la hora
de la siesta, Luz cogió la varita y dijo… “para ti el don del perdón”.
De allí salieron al trote hasta las
profundidades del bosque, tenían que agrupar algunos animales silvestres. Los
llevaron hasta la casita de chocolate y construyeron una hermosa granja para la
bruja caníbal con la intención de cambiarle el hábito de comerse a los niños de
la aldea.
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Eva, ¿me escuchas?
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Si Aurora. ¡Hemos ganado!, no me lo
creo ¿cómo se llamaba está misión?
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Contruyendo sororidad.
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Continuamos el juego más tarde,
ahora tengo que salir a comprar.
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