La rebelión que apesta las calles de Meliana

Actualmente en Meliana podemos observar dos fenómenos vinculados al cambio de la gestión de los residuos en el municipio. Por un lado el rechazo ideológico contundente de la población a una idea que nos beneficia como especie cohabitante de un planeta al límite del colapso.

Por otro lado, estamos mostrando simbólicamente de que estamos hechos como especie, mostrando sin pudor el tamaño monumental de nuestro ego.  Simbólicamente estamos sacando toda muestra basura interior. La culpa es del alcalde, de los políticos y políticas, del costo de los impuestos, de la unión europea, de la corrupción; todos son culpables; menos nosotras (personas), quienes estadísticaamente representamos el 95% del municipio que nunca ha separado sus residuos.

Esta situación visibiliza como una buena idea mal gestionada puede ser letal para quien la propone y promueve. En Meliana los ciudadanos y ciudadanas se sienten violados(as) por una decisión arbitraria del gobierno local que nos beneficia como especíe, al planeta tierra, promoviendo también la educación ambiental de nuestras(os) hijas(os) pero que a la mayoría de ciudadanas(os) no nos viene bien de acatar tal y como está planteada la propuesta del sistema de recogida puerta a puerta.

        Las mujeres sabemos que cuando un hombre te toma a la fuerza y te hace algo que no quieres, esto duele y genera rechazo. Lo triste es que, en el caso que nos ocupa el fin último de esta decisión arbitraria tiene un fin positivo para nuestra convivencia en el planeta. Estoy segura que el planeta se auto regenerará pero, ¿estaremos aquí los humanos para verlo? Si continuamos así, no lo creo.

        Realmente soy otra de ustedes, desconozco por qué el gobierno local decidió modificar la gestión de los residuos en el municipio, escuché que sólo el 2% de la población del municipio separaba sus residuos y además el vertedero de Valencia está casi al límite. Aunque mi valor como ser humano versa sobre apoyar todas las políticas que beneficien el cuidado del planeta, no les voy a negar que al igual que muchas(os) de ustedes tengo pensamientos oscuros sobre los intereses politicos y económicos que pueden estar detrás de una decisión como la que se ha tomado. En la sociedad en la que vivimos es muy difícil no pensar que nos movemos para satisfacer alguna necesidad.

        ¿Qué hizo mal la administración (desde mi punto de vista)? Implementaar de un día para otro el nuevo sistema. Los seres humanos somos animales de costumbres, nos encanta estar en nuestra zona de confort, cómodos y seguros. Los cambios nos causaan ansiedad, nos alteran, generan incertidumbre, malestar, frustración y rechazo. Ante una acción que sentimos abusiva es completamente naturaal y comprensible que genere inconformidad.

        ¿Quién eres tú señora municipalidad para decirme que vas a controlarme la basura? ¿Quién eres tú señora administración para decirme cómo debo gestionar de un día para otro mi basura si llevo toda la vida tirándola en el contenedor y es cómodo y funciona? ¿Quién eres tú señora municipalidad para obligarme a estudiar, pensar, filosofar dónde y cuándo debo tirar cada residuo de mi hogar? ¿Quién eres tú señora administración para decirme en que horario debo tirar cada cosa? ¿Quién eres tú para hacerme pagar más impuestos por algo que no me gusta? ¿Quién eres tú para controlar mis datos?

        No señora municipalidad, no tengo espacio en mi casa para tener tres cubos, no tengo espacio en mi cabeza para afrontar un cambio que beneficia al planeta y especialmente a mi como especíe, no tengo tiempo de adaptarme de forma rápida a una medida que quiere sacarnos a todas y todos de nuestra zona de confort y además encarece el servicio. No señora municipalidad. Usted se equivocó con las(os) ciudadanas(os) de Meliana.

        Esta según mi percepción personal, son las sensaciones y las emociones de la mayoría de quienes habitamos en Meliana. Sienten ultrajada su sensación de libertad en cuanto a la gestión de los residuos.

        Ahora bien, quiero contarte mi experiencia personal. En casa tenemos dos valores que se adecuan perfectamente con el deber que tenemos como ciudadanas(os): cuidar de las personas y el planeta, el otro, liderar con el ejemplo; es decir,  intentamos hacer todo lo que esta en nuestra mano para tener un planeta más limpio y con una economía más sostenible.

        Tengo un hijo al que estoy educando bajo estos preceptos básicos. Nunca voy a ir en contra de una decisión provechosa paara todas (las persons) ya que promueve la sostenibilidad de la vida humana en el planeta. Aunque soy consciente y reitero mi claridad en cuanto a la capacidad del planeta de regenerarse, es sencillo, sacudida y listo, especíe humana extinguida. No sería la primera ni será la última vez que sucede.

        Llegué a Meliana hace 16 años y desde el minuto 0 comenzamos a separar nuestra basura. Nos pareció algo maravilloso, en mi país de origen, Venezuela, no tenemos esta oportunidad Con la implementación del nuevo sistema de gestión de residuos hemos aprendido mucho en casa sobre la forma correcta de separar nuestros residuos y nos dimos cuenta que en muchos aspectos no lo hacíamos de forma correcta. Con este aprendizaje me quedo.

        Ahora bien, sin duda la señora municipalidad ha sido arbitraria. Esto debió de comenzar con una campaña educativa de dos años (por lo menos) en las escuelas, asociaciones, comercios, casa por casa. Realizar un estudio. Preguntarle a las personas ¿qué podemos hacer para aumentar la conciencia social con la gestión de los residuos? Explicarnos cuanto plástico consumimos a través de la ingesta de pescado. Cuéntanos señora municipalidad sobre las islas de plástico que hay en el mar. Háblanos de los países subdesarrollados que compran la basura de los países desarrollados. Sensibilízanos con la causa. Igual no hubiésemos sentido tanto dolor y rechazo con la decisión.

 

Ángeles Navarro Blanco

Socióloga, escritora, cómica, gestora cultural, madre.

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