¡Quiero ser una CSI de la Sociedad!

Cornelia O'donovan

Sé que el mundo va mal, pero ¿Cuándo ha ido bien?

Algo conozco de historia, política y economía. La verdad, a priori, puedo afirmar que cuando hay indicadores y variables en positivo dentro de un sistema social, el tiempo, el poder y la razón se encargan de cargárselo.

Entiendo el espíritu de los CSI de la sociedad, hay que investigar, profundizar, analizar, argumentar y encontrar caminos para “mejorar” nuestras condiciones como especie. Luego, nos lo volvemos a cargar, como todo, pero seguimos en nuestro círculo global (hasta que la naturaleza nos separe).

En este particular momento y fugaz instante de mi mundana existencia, me pregunto ¿por qué yo, una proletaria más, con ciertos conocimientos en las ciencias sociales, pasando por la crisis de los 30, debe preocuparse por conocer, analizar y profundizar en los acontecimientos que mueven a la plástica dinámica global?¿Por qué no me preocupo de aprenderme la cara de mis vecinos? a los cuales siempre me encuentro en el ascensor y les pregunto, “¿a que piso vas?”, obteniendo como bochornosa respuesta “al mismo que tú”. Claro tonta, como vas a saber la cara de tus vecinos, si ellos no salen en el periódico, ni en la TV.

Pero para que preocuparme por mis vecinos, teniendo un presidente tan indignante, el cual ocupa más espacio que nadie en los medios de comunicación. Ya no soy la venezolana de las mises, el petróleo y las novelas; ahora soy la venezolana de Chávez, la diva del populismo latinoamericano, el dueño de la utopía del socialismo del siglo XXI, un puñetero bocazas capaz de sacar de sus casillas hasta a un “enviado de Dios en la tierra”, aficionado repartidor de dádivas negras, intransigente psicótico esquizoide, capaz de realizar la exhumación del cadáver de un hombre que lleva muerto 177 años, para demostrarle no se a quien, que nuestro Libertador no murió de enfermo, sino que el imperio, ese big brother controlador y conspirador de las peores atrocidades mundiales, lo asesinó. No defiendo, ni apoyo a los EEUU, no son santos de mi devoción, pero ¿qué quería Bolívar? ¿Qué quiere mi presi? Poder. Un imperio latino fuerte, arrollador e independiente de las monstruosidades del norte, todo (por supuesto), bajo la bandera de libertad e igualdad, la misma que han usado tanto demócratas como dictadores, por los siglos de los siglos.

La utopía de un mundo feliz, fascina a mi presi, lo envuelve y sobrepasa. Lástima que nosotros, su pueblo, pobre pueblo, no estemos lo suficientemente maduros para vivir en ese mundo feliz.

Pero no pasa nada. Chávez sigue estando en todos los medios, un día por la exhumación de cadáveres y otro porque sale con Naomi Campbell, lo seguro es que se hable de él. Es un personaje emblemático de las “supuestas” “transformaciones” de la dinámica global.

Los CSI de la sociedad lo siguen investigando, siguen teorizando, reflexionando, discutiendo, aportando luces.

A otros, muchos, las carencias no le dan espacio al discernimiento profundo de los complejos procesos de la realidad social. Sus motivaciones básicas son primarias para la supervivencia. Los procesos globales están lejos de sus casas, lo importante es comer, tener agua, luz, un móvil de última generación, entre otras cosas.

Algunos jugamos desde la banca, como Ronaldinho en el Barca, entendemos todo el juego, sabemos que podemos jugar, pero no nos ha dado la gana.

Un beso desde la banca para todos los jugadores que día a día luchan y trabajan para lograr ser los visibles o invisibles de este mundillo de contrastes.