El fin de los Emos en este circulo
Lo dicho, no todo es tan oscuro como los Emos, quizás ni ellos son tan oscuros como nos quieren hacer creer, lo que es obvio, patente y quizás poco estimulante es reafirmar la exacerbación del individuo centrado en si mismo. Esto también representa una hostilidad de nuestro mundo. Como individualidades en ocasiones nos detenemos, pensamos, reflexionamos y continuamos dando marcha a la cadena infinita del “Yo Quiero”, “Yo soy”, “Yo puedo”, “Yo tengo”, y no hay limite, pero esto tampoco es suficiente. Nunca nada será suficiente. Lo contrario seria estar feliz, estancad@, aburrid@, sin norte. La felicidad la entendemos hoy como la búsqueda infinita de más.
Más tiempo, más arte, más amor, más dinero, más respeto, más armonía, más libertad, más agua, más comida, más paz, más libros, más tecnología, más amigos, más fiestas, más dinero, más coches, más viajes, más trabajo, más futbol, más juguetes, más poesía y más de todo aquello que cada uno piensa que hace falta para el propio ego y para el otro, lo claro es que siempre hace falta algo.
En conclusión, los Emos no son más que adolescentes excesivamente preocupados por llamar la atención y han decidido que una forma interesante es mezclar en su estilo de vida los sentimientos y formas de ver el mundo de los góticos y los grunge. Son un cóctel perfecto en nuestro arrogante siglo XXI. La creatividad en ellos comienza en el centro comercial y termina en el uso incesante de las nuevas tecnologías. No creo que haya de que preocuparse hasta ahora, aún no están organizando un suicidio colectivo, ni se irán a vivir como ermitaños a las montañas, tampoco organizan manifestaciones antisistemas, ni están creando asociaciones. No son más que el proceso de desarrollo de sus individualidades, que a través de la música y la estética se diferencian de otras tribus de adolescentes. A ellos, como a la mayoría de nosotros nos han elegido para formar parte de la cultura de masas.
Más tiempo, más arte, más amor, más dinero, más respeto, más armonía, más libertad, más agua, más comida, más paz, más libros, más tecnología, más amigos, más fiestas, más dinero, más coches, más viajes, más trabajo, más futbol, más juguetes, más poesía y más de todo aquello que cada uno piensa que hace falta para el propio ego y para el otro, lo claro es que siempre hace falta algo.
En conclusión, los Emos no son más que adolescentes excesivamente preocupados por llamar la atención y han decidido que una forma interesante es mezclar en su estilo de vida los sentimientos y formas de ver el mundo de los góticos y los grunge. Son un cóctel perfecto en nuestro arrogante siglo XXI. La creatividad en ellos comienza en el centro comercial y termina en el uso incesante de las nuevas tecnologías. No creo que haya de que preocuparse hasta ahora, aún no están organizando un suicidio colectivo, ni se irán a vivir como ermitaños a las montañas, tampoco organizan manifestaciones antisistemas, ni están creando asociaciones. No son más que el proceso de desarrollo de sus individualidades, que a través de la música y la estética se diferencian de otras tribus de adolescentes. A ellos, como a la mayoría de nosotros nos han elegido para formar parte de la cultura de masas.
Miguel BraviaY colorin colorado, esta historia de Emos se ha terminado....
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