Como pasar en un minuto de amiga a cotilla
16 de Febrero 2011. Han pasado sólo dos días de otro maravilloso invento de los norteamericanos para impulsar el consumo y así mantener el ya asfixiado sistema capitalista, El día de San Valentín. Aunque entiendo que es un invento perfecto para el consumo desmedido me gusta celebrarlo a través de pequeños y tontos detalles. Mi marido y yo este año lo celebramos con un fin de semana de juego con cambio de roles. Me convertí en una sexy peluquera que le hizo la pedicura con masaje de pies incluidos y al día siguiente él se convirtió en un masajista profesional de agencia, de esos que aparecen en los periódicos y que te hacen lo que quieras. Si bien no gastamos ni un centavo, lo pasamos buenísimo, también es cierto que eso lo podríamos hacer cualquier fin de semana del año.
Las relaciones son plantas que requieren mucha atención, mimos y cuidados especiales. Un solo día al año dedicado para el amor y la amistad no es suficiente. Y aunque esto lo tengo clarísimo no lo aplico mucho para la amistad. Soy un poco ingrata, la verdad, y podría dar cientocincuentamil excusas, pero nunca dejaran de ser excusas.
El tema es que esta mañana me ha dado por ser amiga al ver en el muro del facebook de la pareja de un amigo que buscaba habitación y lo primero que pensé es que se habían quedado sin trabajo y por motivos económicos estaban buscando un sitio más económico para mudarse. Nunca llamo a mi amigo, sólo nos comentamos fotos vía facebook y una vez que fui a Barcelona quedamos y nos vimos.
Llame y pregunte por la pareja de mi amigo, para preguntarle lo que había pasado. Le salude, le pregunte que tal todo con su vida, pin, pan, pum y luego le pregunte ¿Qué por qué dejaban el piso? De lo más inocente. Y me ha dicho que han decidido darse un tiempo como pareja. Creo que me puse blanca y por un micro segundo mi cerebro no supo que decir, era una situación súper incomoda e inesperada. Cuando reaccione, ya no recuerdo lo que dije y fue hace 20 minutos que hablamos.
La cuestión es que ahora me siento horrible por ellos. Pero peor me siento conmigo. Siento que quería hacer un acto de buena voluntad de amiga y he quedado como una cotilla. Ufff que sensación tan horrible. Ojala me equivoque, si me pongo en su lugar, yo diría, ¡Qué fino que me llamaron! Pero no sé yo si ellos pensaran igual.
¡Viva el amor y la amistad!
Comentarios