Confusión entre creencias y racionalidad
“En uno de sus libros Morelli habla del napolitano que se pasó años sentado a la puerta de su casa mirando un tornillo en el suelo. Por la noche lo juntaba y lo ponía debajo del colchón. El tornillo fue primero risa, tomada de pelo, irritación comunal, junta de vecinos, signo de violación de los deberes cívicos, finalmente encogimiento de hombros, la paz, el tornillo fue la paz, nadie podía pasar por la calle sin mirar de reojo y sentir que era la paz”
En Rayuela de Julio
Cortazar
¿Qué dice el profesor? ¿Qué
dicen los alumnos? ¿Qué dicen los que no dicen nada? Debo confesar que en la
mitad de la clase se me hizo difícil cerrar la boca, pero lo conseguí y en el
camino me di cuenta de algunas cosillas:
1.- Existe una corriente fundamentalista
científica entre mis compañeros del primer curso: Son chicxs entre 18 y 20 años
aproximadamente, que creen dogmáticamente en la ciencia como verdad verdadera
del mundo mundial; lo curioso es que son incapaces [aún] de entender su propia
posición dogmática al respecto.
Tienen una visión satanizada
del concepto “creencias””, ¿por qué? ¿Es esto producto de la fuerte y al mismo
tiempo degradada imagen de la Iglesia Católica en la sociedad española?
2.- Las mujeres no opinaron
hoy.
3.- El profesor tiene una
visión del mundo sumamente interesante y al mismo tiempo ambivalente entre su
forma de pensar y sentir. Es de mente permeable y sumamente respetuoso. Tiene
la capacidad de escuchar locuras y mantener el tipo, mientras escucho y lo
observo, no puedo dejar de sonreír.
Explica la asignatura desde
el lado puro y duro de la academia, pero además aplica dosis sutiles de las
pastillas “Abran sus mentes”, que el universo es complejo, como la vida en la
tierra lo es, somos más que materia y datos.
Describió con matricula de
honor una definición de “racionalidad” vinculada al sistema de creencias de
cada cultura. Pero los euro-occidentales de 18 a 20 años que opinan en mi
clase, son cartesianos de cabeza dura y les cuesta tomarse la medicina. Ojala
viajen mucho y vivan experiencias largas con gente de otras culturas.
Al final lo que hay que
cuestionar es al sistema educativo, empeñado en continuar reproduciendo un
modelo de enseñanza anticuado que intenta dividir el conocimiento en parcelas
de saber separando la ciencia del espíritu (Ojo: espíritu no religión)
La ciencia no es la bruja (I
Love Punset) ni las creencias la salvación en el plano divino. El drama (creo
yo) lo pone la absurda separación que se ha tratado de imponer entre las
disciplinas del conocimiento y la mala gestión de la Iglesia Católica (en todos
los ámbitos como institución: político, económico, valores, sistema de
creencias) a lo largo de la historia en la sociedad occidental. Ni todas las
creencias son religión, ni toda la ciencia es verificable.
4.- Por otro lado pensé…¿Qué
esta pasando por la mente de los que no abren la boca?¿Cual será su sistema de
creencias?¿Se estarán enterando algo de la clase o estarán en el Facebook,
Twiter o WhatsApp?
Si el profesor hiciera como
ejercicio: Niños, cojan un folio y escriban lo que piensan acerca de estas
preguntas: ¿Cómo se formó el universo? ¿Cuál es tú lugar en él? ¿Quien es Dios?
¿En que crees y en que no? Hay tantas preguntas que se me ocurren para medir el
nivel de confusión que tenemos “aquí y ahora” en nuestra contemporaneidad.
Lo deprimente es que tal y
como esta montado el chiringuito de la academia, es muy probable que ellos
sigan reproduciendo este sistema. Ojala me equivoque y tengan muchas
experiencias y profesores adictos a las pastillas “abran sus mentes” y reciban
sobredosis de este medicamento. En la medida que sean capaces de cuestionar-se
las verdades y las mentiras poco a poco transformaremos nuestro contexto a través
de una mirada más compleja y holística de lo que es el “ser” y el “hacer” humano.
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