Una falsificación
Este tema desde el ámbito socio-antropológico me fascina.
¿Dónde esté el limite para adorar un objeto material para llegar a consumir una falsificación? ¿Cómo podemos alimentar una empresa que roba ideas, contenidos y la creatividad a otras personas? ¿Dónde comienza y dónde acaba nuestra conciencia sobre lo que esta detrás de lo que consumimos?
Mi foto era clara. Tenía que ir al centro y hacerle el click a los negritos que se dedican a vender en los boulevares principales sobre una manta, en el suelo con cuatro cordones en sus esquinas, preparada para el aviso de la policía, cantidad de productos falsificados: comenzando por películas, pasando por las gafas de sol y acabando por bolsos y monederos de alta gama falsificados: Chanel, Carolina Herrera, Tous, LV, Gucci.
La verdad es que respeto mucho al negrito que esta allí pasando frío o calor a la merced de la ley, pero al final ellos son el ultimo eslabón de una cadena oscura de trampas, mafias. corrupción y miserias, sólo hay que ver "Biutiful" la peli de Alejandro González Iñarruti para ilustrar un poco lo que digo.
Por otro lado estamos los consumidores, que sin nosotros esa cadena no existiría, ¿Por qué comprar un bolso LV hecho por chinos encerrados en un sótano trabajando 20 horas? Nuestro Ego es tan grande que no podemos pensar en lo que esta detrás, simplemente necesitamos objetos que nos identifiquen con clases sociales a las que no pertenecemos y a la que los medios nos venden como lo más nice, chic, cool, lo que esta de moda, lo que llevan las actrices, modelos, deportistas, figuras publicas de alta sociedad.
Los objetos han transformado su valor de uso, la utilidad para la que fueron creados y se han transformado en representaciones de poder, fama, estatus social. Somos marionetas manejadas desde la publicidad y el marketing, para hacernos creer que la felicidad se reduce en la identificación y consumo de objetos a los cuales unos pocos dotan de un sentido simbolico ficticio. Nos venden la moto, el coche, el móvil, el bolso, el marido, los hijos, las escuelas, las noticias. Nos reducimos a repetir. Pensar y tener conciencia de la responsabilidad de nuestros actos al consumir, no es asunto de interés para quienes mueven el sistema.
La seguridad en nosotros mismos y en nuestro entorno no se reduce a objetos fetiches basura, que no aportan realmenta nada constructivo a nuestra vida como seres espirituales. Nuestra seguridad deberia fundamentarse en los valores de saber ¿quien soy?¿De dónde vengo? y ¿Cual es mi papel en este mundo lleno de mierda? ¿Pero quien si no nosotros lo ha llenado de mierda?
Quiero un Klimt, un Van Gogh, Un Picasso, y un Dalí, pero quiero los de verdad, porque lo verdadero va más allá del precio material que le damos a un objeto, para mí, un Picasso representa una idea, un universo, una pasión, sentimientos, expresados de una manera vanguardista en un momento histórico determinado al pintar, si tuviera una falsificación, no tendría ni la mitad de esos valores, formaría parte de una farsa y nadie en su sano juicio quiere ser un farsante.
De momento me quedo con las fotos del concurso UnafotoxdíaX29dias, las fotografías de mi esposo, las obras de arte que me regalan mis amigos y los dibujos de mi hijo, porque al final en estas obras estan representados esos valores y esos sentimientos que valoro en de la vida.
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Un abrazo fuerte